4 LA CIUDAD AMABLE EN LA ESCUELA
“La escuela debe ser capaz de leer la realidad concreta que rodea al niño. La geografía es la de su barrio; la historia, la de su familia”.
Francesco Tonucci.
A continuación, se ofrecen algunas reflexiones y consideraciones generales
a tener en cuenta a la hora de poner en marcha el programa educativo La Ciudad Amable. La propuesta didáctica para cada una de las líneas de trabajo se desarrolla en los materiales específicos.
Las relaciones entre la escuela y la ciudad son múltiples y recíprocas. Por un lado en la ciudad, los centros educativos son equipamientos que determinan en cierta medida la configuración del territorio, que condicionan procesos que en ella
se dan. Por otro lado los centros educativos son espacios donde se encuentran personas de diferentes edades, inquietudes y necesidades, donde se establecen numerosas relaciones y que en numerosas ocasiones se convierten en epicentro de la vida de muchos barrios y pueblos.
En numerosos centros educativos las horas de entrada y salida escolar se convierten en auténticas aglomeraciones de coches atascados, y cláxones sonando. Pese a que en la mayoría de las ocasiones son muchas más las niñas y los niños que acuden al colegio de otra manera.
Si se persigue la configuración de ciudades amables que integren la realidad
de todos los grupos sociales, especialmente de la infancia, será preciso que la escuela se abra a la ciudad, usándola como contexto educativo, como objeto o concepto de investigación, como realidad en la que desarrollar las competencias básicas para la vida. Y será fundamental que la ciudad contemple a la escuela, la tenga en cuenta a la hora de diseñar, de planificar.
Pero es importante recordar que las relaciones entre escuela y ciudad pasan por distintos vértices que se deben tener en consideración y cuyas características específicas determinan los tipos de intervención o programas socioeducativos a poner en marcha. Existe una relación estrecha entre cada uno de ellos, de forma que no se pueden tomar por separado, porque están íntimamente relacionados. En la planificación y desarrollo de un programa educativo como “La Ciudad Amable”, sería recomendable tener en cuenta el mayor número posible de estos vértices:
Población. La vida de un centro educativo está íntimamente relacionada con las características sociodemográficas de la población a la que atiende. Los niveles de renta, formación o empleabilidad de las familias son determinantes en las relaciones entre escuela y ciudad, pues en la medida en que el conjunto de la acción educativa parte de la propia realidad y de las personas que la conforman, se ponen en marcha elementos correctores o reactivos a múltiples problemáticas o potencialidades del territorio, convirtiéndose la escuela en un espacio privilegiado para el tratamiento y abordaje de temas clave en la vida de las personas.
Ubicación. Es importante tener en cuenta las características del entorno del centro, dónde está situado en la ciudad, tamaño de ésta, presencias de zonas verdes, o estado y uso del espacio público; características de las vías de acceso al centro educativo, etc.
Titularidad del centro. Es otro factor a tener en cuenta, sobre todo por la relación existente entre agentes sociales del territorio (desde comerciantes al tejido asociativo), con las personas que conforman la comunidad educativa (familias, alumnado, profesorado,...), pues serán de características muy diversas si forman parte del propio territorio o son usuarias del mismo, entre otros aspectos.
Recorrido. Es indispensable tener en cuenta la historia del barrio, su evolución y el papel que en ella ha ocupado la comunidad educativa, para entender los diferentes papeles que ha ido cumpliendo el centro educativo en la transformación del entorno, las etapas diversas por las que se ha transitado y las características sociales que las determinaron.
Percepción social. Entendida como las opiniones generalmente aceptadas alrededor del papel que cumple el centro educativo y su capacidad para responder a las necesidades del entorno y su población. No siempre esta percepción tiene que coincidir con la realidad, pero es un factor a tener en cuenta tanto para desmitificar como para corregir ideas no fundadas. Es evidente que una percepción social positiva sobre el papel del centro educativo, es un elemento que nos ayuda a contribuir en la vida de la ciudad.
Permeabilidad. La capacidad del centro educativo para ser sensible a las situaciones del conjunto del territorio, para su comunicación recíproca, los mecanismos que ponen en marcha para tener en cuenta la realidad cercana y el trabajo para convertir en oportunidad de aprendizaje las oportunidades, tanto en términos de recursos como de la propia población, que forman parte del entorno.
Integración. Los niveles de cohesión que se posibilitan en la acción educativa entre el alumnado, favorecen la equidad social en el entorno social. La capacidad del conjunto de la comunidad educativa para gestionar la diversidad, se convierte en un modelo de relaciones sociales deseables.
Identidad. Cómo la escuela contribuye a los valores, emociones y manifestación del carácter de las personas del entorno, del barrio o territorio, cómo se convierte en un espacio de conexión emocional entre las diferentes generaciones.
Apertura. La capacidad de generar un alto grado de comunicación, relación y colaboración entre diferentes agentes sociales, convirtiéndose en un recurso esencial del territorio, conectando la labor educativa a las características del mismo, y potenciarlos en caso de que sean insuficientes.
4.2 LA CIUDAD AMABLE EN LA ESCUELA
El programa educativo “La Ciudad Amable” plantea promover el desarrollo de iniciativas y procesos de educación para la participación y sensibilización en torno a la recuperación del espacio público por parte de la ciudadanía en general y de la infancia en particular, y al fomento de un modelo de movilidad sostenible, basado en el uso de medios de transporte de modo activo, principalmente en bicicleta y a pie.
Por tanto las miradas y procesos a trabajar son múltiples y diferentes, por un lado se hace necesario ofrecer otras “gafas” para analizar e interpretar las ciudades de las que formamos parte, comprender cómo se organiza el espacio público, qué nos ofrece en cuanto a historia, identidad, etc., qué posibilidades tenemos de interactuar en él y con él, y cómo la manera que tenemos de transitar por el espacio y la ciudad puede condicionarlo e incidir en la salud tanto de las personas como del medio. Y por otro lado es fundamental el desarrollo de habilidades y
competencias necesarias para que, incorporando esas otras visiones de la realidad, tengamos la capacidad de participar en procesos que deriven en la construcción de otras ciudades en las que
el espacio público pueda ser usado y disfrutado por todas las personas que habitamos en ella, y en el que se incorporen criterios de sostenibilidad y equidad a la hora de definir el sistema de movilidad que satisfaga la necesidad real de desplazarnos.
Aunque es tarea de todas las personas, la escuela como espacio de convivencia supone una gran oportunidad para facilitar procesos de aprendizaje participativo en el que comenzar a integrar estas visiones. Del mismo modo, la escuela es un difusor de los valores y tendencias de la sociedad. De ahí la enorme importancia de que se desarrollen programas de este tipo en el ámbito escolar.
EL PAPEL DE LA COMUNIDAD EDUCATIVA
En la medida que seamos capaces de crear equipo, fomentar estrategias de colaboración y buscar aliados en la comunidad educativa, se facilitarán y enriquecerán los proyectos que se desarrollen.
Se parte del reconocimiento del papel fundamental de la comunidad educativa, entendida desde una dimensión amplia y plural. Y es necesario tener en cuenta
a otros sectores sociales tales como el vecindario de la zona, el tejido asociativo y social, el Ayuntamiento y otras administraciones públicas, así como toda persona o colectivo, que en mayor o menor medida, puedan contribuir a alcanzar los objetivos que se plantea el programa.
El alumnado es el protagonista de todo el proceso, por lo que es importante facilitarles que así se sientan y permitirles soñar otros modelos de ciudad en los que puedan usar y disfrutar del espacio público, y por el que puedan transitar de una forma autónoma y segura.
El trabajo en equipo del profesorado y el apoyo del equipo directivo puede permitir, entre otras cuestiones, una visión más compleja y completa de la realidad, abordar el tema desde diferentes ópticas. El personal no docente constituye un excelente aliado para la puesta en marcha de las propuestas de acción.
Las familias, son un elemento fundamental en estos procesos. Convendría establecer canales de comunicación donde se planteen los objetivos del programa, se compartan planteamientos y visiones, favoreciendo una retroalimentación continua en su planificación.
Con el resto de actores sociales es aconsejable crear alianzas para que participen, según sus posibilidades, facilitando los procesos y la puesta en marcha de propuestas. Las personas que trabajan en los comercios pueden cooperar ofreciendo contextos de confianza y seguridad a las niñas y los niños. El tejido asociativo puede facilitar los procesos de puesta en marcha o reivindicación de las propuestas.
El trabajo con el Ayuntamiento u otras entidades competentes, facilitará enormemente la materialización física de las diferentes propuestas. Es importante intentar involucrarlos en el proceso. Contar con equipos de gobierno sensibilizados e interesados en el fomento de estos usos y valores de los entornos urbanos, sin lugar a dudas supondrá en gran medida la consecución de los objetivos y en muchos casos el éxito de las propuestas.
Resulta por tanto deseable y necesario multiplicar los vínculos y la comunicación permanente entre los diferentes actores ya sean de la comunidad educativa propiamente ya sea del resto. Para ello el trabajo en red5 supone una forma de actuar que puede favorecer estas alianzas necesarias para maximizar el éxito de la propuesta educativa. En la siguiente tabla se esbozan los pasos y pistas necesarias para promover la colaboración y trabajo en red entre los diferentes actores.