Jue, 10/23/2014 - 12:38 -- admin

2. EL PROGRAMA "LA CIUDAD AMABLE" EN EL SISTEMA EDUCATIVO

Con la colaboración de la Consejería de Educación, Cultura y Deporte, se pone en marcha la línea de La Ciudad Amable para el sistema educativo, cuyo objetivo es que los centros docentes se impliquen en el desarrollo e implementación de propuestas que busquen un modelo de ciudad y de movilidad más sostenible, que favorezca el desarrollo de la autonomía infantil.

Principalmente se centra en tres aspectos. El primero busca facilitar una reflexión crítica sobre el modelo urbano dominante y el sistema de movilidad, así como posibles alternativas. El segundo aspecto a trabajar consiste en el desarrollo de un diagnóstico participativo y participado para que el alumnado analice y demande un modelo de ciudad más amable y sostenible. Y por último desarrollar acciones que favorezcan y fomenten que el alumnado considere la bicicleta o la peatonalidad como opciones óptimas en sus desplazamientos.

Se considera fundamental atender tanto al cambio de óptica a la hora de comprender la organización urbana y su dependencia del automóvil, las repercusiones que esto tiene en la pérdida de autonomía por parte de la infancia y la insostenibilidad del modelo, como al desarrollo de procesos en los que el alumnado sea partícipe del diagnóstico y de la elaboración de propuestas de mejora, y el fomento de medios de transporte alternativos.

Se plantean 3 líneas de trabajo interconectadas entre sí, a las que los centros se podrán adherir en función de sus características y necesidades: 

óvil tienen- en su autonomía, salud personal y ambiental, derecho a disfrutar del espacio público, etc-, así como la capacidad de “soñar” un entorno más amable.

Línea 2. Espacio público: diagnóstico y plan de actuación.

Desde La Ciudad Amable se considera fundamental la participación de la ciudadanía en el diseño de la ciudad. De ahí la importancia otorgada en el programa a los procesos de educación para la participación. Con la línea 2, se pretende involucrar a toda la comunidad educativa, con especial protagonismo del alumnado, en la elaboración de un diagnóstico de su entorno más inmediato, focalizado en el espacio público, su configuración, usos, historia, etc., y principalmente sus posibilidades. Tras el diagnóstico realizarán propuestas

de recuperación o transformación de este espacio público en base al análisis realizado, sus deseos y sus necesidades.

Para facilitar la labor del profesorado se ofrece una guía con las orientaciones necesarias para la elaboración del diagnóstico y de las propuestas. También se ofrecen las orientaciones necesarias para su inserción curricular.

Línea 3. Guía “La Bicicleta y la Escuela”.

Con el trabajo en esta línea se pretende favorecer maneras de desplazarnos que, además contribuyan a la configuración de ciudades más sostenibles y humanas.

La construcción de ciudades más amables, pasa por una necesaria transformación hacia un sistema de movilidad en el que se priorice la posibilidad de realizar los desplazamientos cotidianos caminando o en bicicleta. Con este cambio se recuperaría una gran superficie del espacio público destinado a los coches- aparcamientos, u otras infraestructuras-,supondría mejoras considerables para la salud humana y ambiental, facilitaría que las niñas y los niños se puedan trasladar segura y libremente de la escuela a casa, a los parques, etc. Permitiría que las calles dejen de ser pasillos que conducen a lugares, para ser lugares en sí mismas.

Esta es la razón por la que en esta línea 3 se busca que la comunidad educativa se implique en el trabajo sobre medios de transporte sostenibles, prestando especial atención al caminar y al uso de la bicicleta.

Para tal fin se ofrece al profesorado la guía “La bicicleta y la escuela” en la que se facilitan los recursos necesarios para trabajar en el aula diferentes aspectos relacionados con el sistema de movilidad así como las alternativas existentes, prestando especial atención a los desplazamientos a pie y en bicicleta. También se ofrecen diferentes estrategias para que la comunidad educativa active procesos en los que se pongan en marcha otros “sistemas de transporte” alternativos a los actuales.