Lun, 12/01/2014 - 12:20 -- admin

La evaluación sobre la consecución del fin último que persigue este material didáctico, y el programa en sí, no es fácil, ya que plantea adquisición de valores y de hábitos de comportamiento profundos, difícilmente cuantificables y demostrables. No obstante se establecen una serie de indicadores

que permiten valorar el proceso del trabajo en el aula, así como el resultado de las intervenciones propuestas referidas a la recuperación del espacio público y al conocimiento y fomento de otros medios de transportes primando el uso de la bicicleta y caminar.

El objetivo de la evaluación es que el profesorado principalmente- y otros sectores de la comunidad educativa implicados-, obtengan información tanto para ir reajustando las propuestas durante la marcha, como para retroalimentar propuestas futuras.

Se plantea una evaluación continua en todo el proceso, partiendo de las concepciones previas del alumnado respecto a los temas propuestos. La evaluación continua permitirá no solo ver la evolución del alumnado y del grupo, sino poder descubrir las necesidades de adaptación y reformulación de las actividades que requiera el proceso. 

En cada una de las actividades propuestas, se incluye un apartado específico donde se proponen un conjunto de indicadores e indicaciones para el profesorado que facilitan el seguimiento continuo sobre el proceso de aprendizaje del alumnado y del grupo, sobre la asimilación de contenidos, adquisición de competencias básicas, etc.

Por último, los resultados finales de cada una de las tres líneas constituyen un elemento fundamental para la evaluación. De estos resultados se puede extraer información acerca de la consecución de objetivos, idoneidad y asimilación de los contenidos propuestos, metodología y actividades desarrolladas, etc. Así como del grado de consecución de los objetivos generales planteados por el programa educativo La Ciudad Amable.