Mar, 12/02/2014 - 10:49 -- admin

La infancia es el periodo de la vida en la que un ser humano es tratado como un niño conforme a las normas culturales, a los usos sociales y a las reglas económicas predominantes en un determinado momento histórico y en una concreta sociedad, cambia como cambian las instituciones sociales, o como lo hacen otros grupos sociales (Gaitán, 2008).

La infancia en la actualidad es una etapa vital en la que se depositan todas nuestras esperanzas. Es frecuente que se argumente acerca de la necesidad de educar a la infancia para que sea “la ciudadanía del mañana”.
Así mismo, este es el momento de la historia en el que más leyes, decretos, principios, estudios, manifiestos, etc., existen a favor de la infancia y de su protección.

Sin embargo “Algo oculto tiene que haber en un discurso social que, por un lado deposita en los menores todas sus esperanzas y dice amar a estas criaturas por encima de todas las cosas, y por otro, construye ciudades donde no tienen cabida. Un discurso que ensalza los valores de lajuventud, pero que percibe a los jóvenes como un estorbo y una amenaza cuando ocupan las calles” (Marta Román, 2011).

Varias autoras como Marta Román, María Sintes, Lourdes Gaitán o Jane Jacobs cuestionan el hecho de que las niñas y los niños sean la ciudadanía del mañana. Plantean la necesidad de que sean considerados como lo que son: ciudadanía del presente a la que incorporar en la toma de decisiones, y en los criterios a tener en cuenta a la hora de diseñar respuestas o de construir ciudad. Es fundamental que puedan manifestar sus necesidades, y realidad, así como sus demandas vistas desde sus propias categorías mentales, no interpretadas por “cabeza de adulto”, que en la mayoría de los casos hace ya mucho tiempo que dejaron de comprender el mundo con “ojos de niño”.